octubre 25, 2025

Publicado en Tendencias del mercado

Superlujo en España: un mercado en evolución constante

Descubre cómo España redefine el superlujo inmobiliario: ubicaciones prime, arquitectura excepcional y compradores internacionales de alto nivel.

Editorial Team Corporativo

El término superlujo ha adquirido una nueva dimensión en el mercado inmobiliario español. Más allá del precio o la localización, representa un estilo de vida donde la excelencia, la privacidad y el diseño convergen para crear experiencias únicas. España se consolida como uno de los destinos más atractivos del mundo para este segmento, gracias a su calidad de vida, su diversidad cultural y su estabilidad económica.

¿Qué significa superlujo en España?

“El superlujo en España se define por una combinación de factores excepcionales: ubicación privilegiada, arquitectura singular, amplitud de espacios y acabados de la más alta calidad”, explica Paloma Pérez Bravo, CEO de Lucas Fox.
“Zonas como La Moraleja en Madrid, la Golden Mile de Marbella o Son Vida en Mallorca concentran la oferta más exclusiva, con propiedades que tradicionalmente superan los 8 millones de euros. Estas viviendas destacan por su diseño arquitectónico único, tecnología punta y servicios premium que garantizan la máxima seguridad y privacidad.”

En un mercado donde la demanda supera la oferta, estas propiedades representan el nuevo estándar de la excelencia residencial.

Un concepto global con matices locales

El superlujo es un término relativo, que se adapta al contexto cultural y económico de cada país.
En Estados Unidos, el umbral se sitúa en los 10–15 millones de dólares, con denominaciones como ultra-luxury o trophy asset. En Reino Unido, se habla de prime y super-prime para describir propiedades que superan los 10 millones de libras en zonas como Mayfair o Knightsbridge. En Dubai, el lujo se mide por las amenities de la comunidad, piscinas infinitas, rascacielos de autor, vistas a Palm Jumeirah. Y en Asia, especialmente en Hong Kong o Singapur, el superlujo se asocia a la escasez extrema del suelo y al valor del metro cuadrado.

España, en cambio, aporta una singularidad mediterránea: combina exclusividad y autenticidad, con una calidad de vida que pocos destinos pueden igualar.

Qué convierte una propiedad en superlujo

Según Paloma Pérez Bravo, “las propiedades de este nivel destacan por una combinación de factores excepcionales. Además de su arquitectura y ubicación, muchas cuentan con un valor histórico o cultural que incrementa su atractivo. Observamos también el crecimiento de las branded residences, como las de Mandarin Oriental, que ofrecen experiencias de hospitalidad y servicios personalizados a la altura de las expectativas más exigentes.”

Estas viviendas no solo representan un activo inmobiliario, sino también una declaración de estilo de vida y legado.

Los destinos más demandados

Las principales capitales, Madrid, Barcelona y San Sebastián, concentran una parte significativa del mercado del superlujo, mientras que destinos de ocio como Ibiza, Marbella y Mallorca destacan por sus vistas al mar y su arquitectura de vanguardia.
En palabras de la CEO, “España combina el dinamismo de las grandes ciudades con enclaves naturales de belleza incomparable, lo que atrae tanto a compradores nacionales como internacionales de muy alto nivel”.

Quién compra superlujo

El perfil del comprador es claro: UHNWI (Ultra High Net Worth Individuals) con patrimonios superiores a los 30 millones de euros.
Entre ellos, empresarios internacionales, family offices, ejecutivos de fondos, herederos de grandes fortunas, celebridades y tech entrepreneurs.
Las preferencias varían según la zona: en Madrid predominan los compradores nacionales y latinoamericanos; en Barcelona, los europeos; en Marbella y Baleares, los británicos, alemanes, nórdicos y árabes.

Resiliencia y evolución del mercado

“El mercado del superlujo se ha mostrado especialmente resistente frente a las contingencias económicas”, señala Pérez Bravo. “En los últimos cinco años hemos visto un crecimiento de la demanda y una oferta limitada, lo que ha generado un entorno altamente competitivo.”

Esta solidez se traduce también en el segmento del alquiler, donde la oferta es escasa y muy controlada, con contratos gestionados de forma discreta y precios que reflejan la exclusividad del producto. En Baleares y Marbella, por ejemplo, una villa de 15 millones de euros puede alquilarse en verano por hasta 120.000 euros por semana.

Mirando al futuro

El superlujo no es una moda, sino una evolución natural de un mercado que valora la autenticidad, la artesanía y la experiencia personalizada.
Como concluye Paloma Pérez Bravo:

“España se ha consolidado como un referente global del lujo residencial. No solo por el valor de sus propiedades, sino por la calidad de vida y el carácter único que ofrece a quienes deciden invertir aquí.”

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