Publicado en Tendencias del mercado
Donde los muros de piedra conservan el alma: la esencia de las casas históricas de Girona
Descubre por qué las casas históricas de Girona, con su encanto de piedra y alma centenaria, se han convertido en las propiedades más deseadas para quienes buscan autenticidad y calidad de vida.
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El alma de las casas históricas
En Girona, las propiedades más deseadas no siempre son las más nuevas. Con frecuencia, son aquellas que llevan siglos en pie: casas de piedra escondidas en colinas, masías rodeadas de campos o palacetes que respiran historia.
“En toda la provincia encontramos una gran diversidad de casas históricas”, explica Narcís Casteyó. “Desde castillos y casas señoriales hasta masías y casas de campo con terreno. Esa variedad atrae no solo por la arquitectura, sino también por el estilo de vida que ofrecen.”
Girona ciudad deslumbra con su casco antiguo, su legado judío y su vida cultural y gastronómica. Más allá, los pueblos medievales, los parques naturales y las playas de la Costa Brava completan un entorno único, donde la autenticidad y la calidad de vida van de la mano.
Nuevas motivaciones
El perfil de comprador de estas propiedades ha evolucionado. En el Baix Empordà, los clientes nacionales mantienen una demanda estable de segundas residencias históricas junto al mar, donde la escasez de producto convierte cada oportunidad en una inversión segura.
Al mismo tiempo, cada vez más familias internacionales, procedentes de Países Bajos, Bélgica, Reino Unido, Francia y Estados Unidos, han elegido Girona como su primera residencia. Algunas se instalan en la ciudad, atraídas por sus servicios y dinamismo, mientras que otras optan por zonas como El Gironès o Pla de l’Estany, donde hallan casas de piedra rodeadas de naturaleza a tan solo veinte minutos del centro.
Regiones como La Selva, cercana a Barcelona; La Garrotxa, con sus paisajes volcánicos; o Alt Empordà, con su acceso rápido a Francia y al norte de la Costa Brava, aportan aún más atractivo.
Un tercer perfil está en auge: compradores internacionales que adquieren masías para un uso híbrido, combinando vida privada con proyectos de alojamiento boutique. El cicloturismo, en plena expansión, ha reforzado este fenómeno: Girona es reconocida mundialmente por su clima, su orografía y sus rutas.
“En conjunto,” señala Casteyó, “la escasez de oferta, la singularidad arquitectónica y la calidad del entorno convierten estas propiedades en inversiones que van más allá de lo económico: ofrecen autenticidad, calidad de vida y, en muchos casos, oportunidades de negocio sostenibles.”
Piezas irrepetibles
“Puedes construir una villa en cualquier lugar del mundo si cuentas con el terreno adecuado,” afirma Casteyó. “Pero no puedes recrear un arco medieval o un dintel tallado a mano. En suelo no urbanizable, donde se encuentran estas casas, su valor reside en esa escasez. Y en Girona, donde muchas están protegidas, es aún más evidente.”
Algunos compradores las utilizan como refugios privados; otros las convierten en proyectos turísticos ligados al cicloturismo o al turismo de naturaleza. Muchos las consideran legados familiares que desean transmitir de generación en generación. En determinados casos, incluso pueden beneficiarse de ayudas a la restauración o incentivos fiscales.
En definitiva, son inversiones sólidas que combinan exclusividad, historia y funcionalidad: la oportunidad de formar parte de algo que ha perdurado durante siglos.
El primer paso
Para quienes contemplan la compra de una de estas propiedades, Casteyó ofrece un consejo esencial:
“Lo importante es no tener prisa. Vengan a Girona sin agenda, paseen por pueblos medievales, descubran los paisajes, disfruten de la gastronomía. Una vez sientan qué zona conecta con ustedes, será el momento de buscar su casa histórica ideal.”
Lucas Fox acompaña a cada comprador con un equipo multilingüe especializado por regiones, que no solo conoce la historia de cada casa, sino también el estilo de vida de su entorno. Para proyectos de restauración, la agencia trabaja con arquitectos, constructores e interioristas de confianza, capaces de respetar la esencia original y, al mismo tiempo, aportar confort moderno.
“Estos proyectos no son rápidos,” concluye Casteyó, “pero bien hechos son profundamente gratificantes. No se trata solo de restaurar una casa: es integrarse en una historia que lleva siglos en pie.”