Las mejores rutas costeras cerca de Barcelona

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Barcelona es sinónimo de cultura playera urbana, pero para quienes se animan a ir un poco más allá —o simplemente llegan hasta los límites de la ciudad— la costa catalana ofrece una serie de rutas a pie tan bellas como accesibles. Desde antiguos senderos de contrabandistas hasta caminos entre pinos que bordean acantilados, estos paseos costeros regalan vistas panorámicas y, en muchos casos, un almuerzo junto al mar que bien merece el esfuerzo.

Aquí van cinco de las mejores rutas.

1. De Tossa de Mar a Cala Pola
Duración: ~1,5 h ida y vuelta | Dificultad: Moderada

Para una escapada más inmersiva a la Costa Brava, dirígete a Tossa de Mar y sigue el Camí de Ronda en dirección norte hacia Cala Pola. El encantador casco antiguo amurallado da paso a senderos entre acantilados y pinos, con vistas al mar y, de vez en cuando, alguna cabra. Aunque no es una ruta larga, tiene subidas y bajadas que merecen la pena, sobre todo por la recompensa final: una de las calas más bonitas y tranquilas de la zona. Perfecta para un baño a mitad de camino. Lleva agua, calzado cómodo… y la cámara.

2. Camí de Ronda: de S’Agaró a Platja d’Aro
Duración: ~1,5 h | Dificultad: Fácil

Un poco más al norte, este tramo del Camí de Ronda —el histórico camino costero usado antaño por pescadores y carabineros— es sin duda uno de los más elegantes de la Costa Brava. Parte de la urbanización de S’Agaró, una joya de los años 20 perfectamente conservada, donde los caminos de piedra, impecablemente cuidados, se abren paso entre pinos aromáticos y villas con encanto. Es un paseo corto, civilizado y muy escénico, con escaleras que bajan a pequeñas calas escondidas. Termina en Platja d’Aro con un helado o una copa en Sa Cova, un bar-terraza excavado en la roca.

3. De Garraf a Sitges
Duración: ~2,5 h | Dificultad: Moderada

Una de las favoritas entre los barceloneses que buscan una escapada de fin de semana. El sendero entre Garraf y Sitges recorre la escarpada costa del macizo del Garraf, con calas salvajes y tramos de roca espectaculares. Comienza en el tranquilo pueblo de Garraf (a solo unos minutos en tren desde Barcelona), conocido por sus icónicas casetas de baño verdes y blancas y su arquitectura con guiños modernistas. El camino asciende suavemente hasta revelar vistas abiertas al mar, entre matorrales mediterráneos y senderos que serpentean sobre los acantilados. Al llegar a Sitges, brinda con un vermut bien frío y date un homenaje en La Zorra, justo detrás del paseo marítimo

4. De Montgat a El Masnou
Duración: ~1 h | Dificultad: Muy fácil

A tan solo 20 minutos en tren desde Barcelona, este paseo costero conecta dos tranquilos pueblos marineros a través de un paseo marítimo llano y flanqueado por palmeras, con varias playas de arena en el recorrido. Empieza en Montgat, con su ambiente surfero relajado y amplias playas, y sigue la línea de costa hacia El Masnou, donde las barcas de vela se mecen en el puerto deportivo y todo transcurre a otro ritmo. Es ideal para una caminata suave o una salida sin prisa en fin de semana. Haz una parada en Salitre Café para tomar un cortado y algo dulce frente al mar.

5. De Barcelona a la playa de El Prat (por el Delta del Llobregat)
Duración: ~3 h | Dificultad: Fácil, llano

Perfecto para quienes disfrutan de paisajes variados. Comienza en el extremo sur de Barcelona y sigue una ruta sorprendentemente tranquila a través del Delta del Llobregat, una reserva natural poco conocida. El camino te llevará entre humedales y pinares, con aviones despegando en la lejanía y flamencos revoloteando en el agua, hasta desembocar en la extensa playa virgen de El Prat, muy distinta a las playas urbanas de la ciudad. Es un recorrido favorito entre ciclistas, observadores de aves y quienes prefieren dunas salvajes a tumbonas y chiringuitos.

Consejos para planificar tu ruta

• Muchas de estas caminatas son fácilmente accesibles en tren desde Barcelona (Renfe o Rodalies), lo que las convierte en una excelente escapada de medio día

• En verano, es mejor salir temprano o al final del día: la luz mediterránea es especialmente bella al amanecer y al atardecer

• No todos los tramos cuentan con sombra o fuentes de agua, así que conviene ir preparado