Ubicada en los paisajes pintorescos y rurales de Ibiza, esta vivienda se erige como una residencia excepcional con cero emisiones de carbono. Distinguido por sus certificaciones duales como vivienda compatible con Passivhaus y BREEAM, encarna el respeto al medio ambiente en una clase propia.

Situada en medio de la encantadora campiña ibicenca, la villa, concebida por el visionario detrás de Terravita, un estudio de arquitectura y paisajismo ibicenco, es una vivienda familiar con visión de futuro y fuera de la red. Con tres dormitorios, una amplia sala de estar de planta abierta, un estudio en vivienda de generosas dimensiones y terrenos meticulosamente ajardinados, personifica tanto la autosuficiencia como el refinamiento.

Esta vivienda representa la realización de aspiraciones, combinando elementos cruciales de la construcción: eficiencia energética y materiales sostenibles. Como residencia de cero emisiones, alcanza la categoría más alta de certificación Passivhaus, conocida como Premium, y recientemente obtiene la prestigiosa certificación medioambiental BREEAM, lo que subraya su compromiso con estrictos estándares de construcción sostenible a nivel mundial.

Más allá de sus atributos ecológicos, integra a la perfección estética, diseño, comodidad y conveniencia. Externamente, la villa rezuma una interpretación moderna de las tradiciones ibicencas, caracterizada por una paleta de tonos blancos y madera. En el interior, prevalecen líneas arquitectónicas elegantes y elementos de diseño sofisticados, con una combinación armoniosa de enlucido blanco y madera natural que adorna los espacios, incluidos baños y dormitorios. Los suelo de bambú comprimido, la carpintería de cocina de roble y las luces colgantes contemporáneas contribuyen aún más al atractivo general.

La casa, que funciona completamente fuera de la red, aprovecha paneles solares para generar el excedente de electricidad almacenado en baterías. Abundante agua pura de un pozo natural, utilizada en toda la casa y filtrada para beber, se combina con la recolección de agua de lluvia y un sistema de reciclaje de aguas negras y grises. El agua del pozo alimenta directamente la piscina natural, filtrada a través de plantas acuáticas, conectando perfectamente con el huerto frutal y el huerto.

La estructura de la casa incorpora madera cultivada de forma sostenible, adornada con enlucido de cal en las paredes exteriores en el estilo blanco característico de la isla. Una terraza de madera circundante enmarca el espacio exterior y ofrece vistas cautivadoras de los campos de arcilla roja y los valles de pinos. Una piscina natural agrega un toque refrescante, complementada por el huerto frutal, árboles de cítricos, aguacates y un huerto adyacente.

Dentro del jardín, ingeniosas estatuas adornan el paisaje y conducen a un área de juegos diseñada a medida con trampolines, columpios y una tirolesa para un sinfín de entretenimiento infantil. Un gimnasio al aire libre y una terraza para yoga amplían el tema del bienestar, asegurando que el diseño bien pensado vaya más allá de los límites del vivienda.

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